Ha aparecido en estos días, (haciéndose eco de la noticia de Libertad Digital) en distintos medios de comunicación de la aparición en una cochera de la empresa Tafesa, de los restos del vagón que explotó en la estación de Santa Eugenia.
Ante tamaña noticia el Fiscal General del Estado, Eduardo Torres Dulce, ha decidido poner en marcha investigar sobre los restos y porqué después de ocho años se encuentran allí en un cobertizo tapado, para que nadie sepa que hay allí guardado.
Todos los jueces que han pasado a lo largo de estos años, por distintos procesos e instrucciones sobre el 11-M, habián sentenciado que no había ningún resto de los trenes que fueron destrozados por las explosiones en tan cruento atentado.
Incluso pocos días después, no se sabe todavía a estas alturas quien dió la orden de destruir todos los vagones, todos daban por sentado que todos los trenes que fueron dañados por las explosiones habian pasado por el desguace.
Hay mil preguntas y pocas respuestas; Sí los demás trenes fueron destruidos, y la causa de que éste que estaba guardado, fue porque se intentó recuperar, porqué se ha guardado en una cochera y ocultado todo este tiempo?.
Además según las fotografías mostradas, no hubo tal reparación, pues sigue estando más o menos en el mismo estado en que quedó.
Sí la orden del Fiscal General, llega a buen fin, se podrá analizar esos restos para determinar si todavía conserva algún resto de explosivo, e incluso poder determinar en que lugar fue la explosión y como detonó dentro del vagón.
A nivel político es significativo, que en la etapa de ZP, todo estaba oculto y a buen recaudo, y ahora salga a la luz este vagón que se creía destruido al igual que los demás.
Se quiere de verdad saber quien o quienes fueron los autores materiales, o estamos ante otra cortina de humo, que solo levanta polvareda.
Sólo somos unos pocos, los que seguiremos queriendo saber la verdad de lo ocurrido un fatídico 11 de marzo de 2004.
Y pedir justicia sin silencio. Y sobre todo el que quiera honra, que la gane.
sábado, 3 de marzo de 2012
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